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Street Fighter IV, un regreso por todo lo alto
 
 
Es cierto que en toda la historia de los arcades hemos podido disfrutar de auténticas joyas, de auténticas maravillas de la programación, pero hay que reconocer que con el paso del tiempo no todas envejecen igual de bien y menos en la memoria del humano. Algunas, por arte de magia o de lo que sea, se hacen con un espacio muy especial en nuestros fueros más internos y siempre algo se nos mueve por dentro al recordarlos o rejugarlos.

Uno de los claros ejemplos de este especial sentir, al menos en mi caso, y supongo que en el de muchos, se cumpliría perfectamente con Street Fighter II. Capcom logró allá por el año 91 que asiduos y no asiduos a los recreativos le diesen una oportunidad al juego de lucha más grande de todos los tiempos. Aún recuerdo el impacto que causó en el grupo de amigos la dichosa maquinita: un montón de monedas invertidas, más horas invertidas en observar a otros para aprender nuevos movimientos o tácticas contra los enemigos, varios mosqueos por las “trampas” de la máquina cuando se volvía casi imposible pegarle un par de tollinas a nuestro rival,… y después de disfrutarlo hasta la médula llegaron las versiones para consola y claro, los recres se trasladaron a nuestras habitaciones como jamás antes lo habían hecho. Aún recuerdo el día que compré el Street Fighter II y lo jugué por primera vez en mi habitación… y las posteriores tardes que nos pasamos en casa mis amigos y yo echando unos versus que quedarán para la posteridad. Ah, y que alegría daba, aunque fuese en el nivel fácil, conseguir acabarse el juego con el total del elenco de luchadores.

Pero bueno, a lo que vamos que me voy por las ramas. Uno de mis mayores miedos, y creo que el de todos, que me invadió cuando supe del desarrollo de Street Fighter IV fue que no le llegase ni a la altura del betún al genial World of Warrior. Y todo por lo grande que fue la segunda parte de la saga en todos sus aspectos: gráficos, música, carisma de los personajes,… y la jugabilidad. Sobre todo la JUGABILIDAD.

 
 
Debo comenzar diciendo que quizás este Street Fighter IV sea el homenaje que todos esperábamos de Street Fighter II. Todo ha sido cuidado hasta la saciedad, cuidando al máximo cualquier detalle, por muy tonto que nos pueda parecer. Street Fighter IV es un título apto para todo tipo de público, desde los jugadores más experimentados hasta para los neófitos en la saga. Eso sí, para convertirse en un auténtico Luchador Callejero hay que dedicarle tiempo. Que salgan los movimientos básicos es cuestión de poco tiempo, que salgan los más avanzados es cuestión de algo más de tiempo… lo difícil está en convertirse en el dios y señor de la lucha y hacer cada movimiento en su debido momento. Que se abstengan de probarlo los machaca-botones: aquí no hay lugar para ello. Street Fighter IV requiere práctica y más práctica para llegar a controlarlo en su totalidad. Eso sí, repito que es asequible para todo el mundo y con un poco de ganas podrán comprobar como poco a poco avanzan, sin llegar a la frustración.

El juego cuenta con un total de 25 luchadores, algunos bloqueados al comienzo, con estilos muy variados que contentarán a todos. Elegir uno u otro es cuestión de afinidad, de destreza, de habilidad y de gustos, como debe ser. En el modo Arcade contaremos con 8 niveles de dificultad que irán desde el típico paseo de feria hasta el más jodido de los infiernos. Y aquí quiero dejar constancia de que, como buen homenaje que ha resultado ser, se vuelven a repetir los combates “imposibles” que nos harán sudar ríos de sangre hasta lograr vencer a nuestro oponente. Debo reconocer que no soy ni por asomo un maestro del juego, pero ayer tarde me tocó continuar en 9 ocasiones en el nivel Difícil con Ryu para lograr vencer a Zangief. Ahí es nada. Aún recuerdo cuando estampaba mis mandos de la Súper contra el suelo… pero esto es otra historia. Contamos también con un modo Desafío en los cuales nos encontramos Time Attack, Survival y Prueba: creedme si os digo que en estos modos la cosa se pone difícil hasta decir basta.

Por último, nos encontraremos el modo Entrenamiento (lugar ideal para llegar a dominar a los 25 luchadores), el modo Combate en Red (en el cual podremos ser interrumpidos en cualquier momento de la partida por la ya mítica frase “A new challenger has come” y que supone toda una novedad en la saga) y el imprescindible modo Versus.

 
 
Gráficamente el juego combina unos gráficos tipo cel-shadding con las famosas y admiradas estampas japonesas (ukiyo-e) de manera muy acertada, donde todo se mueve a la perfección y asistir como mero espectador a los combates es toda una delicia. Espectacular es lo que me parece a mí la Intro que se han currado para el juego, la cual refleja a la perfección lo que es este Street Fighter IV. Otra cosa es hablar de las mini películas existentes a modo de Intro y Finales de cada personaje, las cuales me han decepcionado bastante. No me pegan mucho con el estilo del resto del juego.

Mientras que la lucha sigue desarrollándose en 2D, no podía ser de otra manera tratándose de Street Fighter, los escenarios se han visto dotados de profundidad y vida, pasando a ser en esta entrega en 3D. Y resulta ser todo un acierto debido a la implementación de los mismos.

En cuanto a los efectos de sonido debo decir que suenan contundentes, como debe ser. Esto ayuda a meterse un poquito más, si cabe, en el juego. Debo añadir que ha sido TODO UN ACIERTO incluir la posibilidad de disfrutar del juego con las voces en inglés o japonés.

Por desgracia no pueden ser todo elogios y alabanzas, y Street Fighter IV también tiene sus puntos negros. Al menos para mí. Comenzaré por los escenarios. Me ha parecido todo un desacierto el hecho de que no hayan creado un escenario para cada personaje. No me acabo de acostumbrar a la existencia de 17 escenarios, contando el de entrenamiento y variaciones, y que vayamos de uno a otro de manera aleatoria. Si son 25 los luchadores existentes, 25 deberían ser los escenarios que les acompañasen. Creo que este extremo debería haber sido respetado y no sometido a nuevas técnicas de marketing, desarrollo o lo que sea.

 
 
El 2º punto negro lo encuentro en la música. Y hablo en especial de alguno de los remixes existentes de los temas originales de Street Fighter. Debo quizás aclarar aquí que lo mismo este “punto negro” se deba a mi veneración por el SFII y todo lo que le rodea. Será cosa de la nostalgia, supongo, y/o un defecto de formación profesional… Eso sí, algunos de los nuevos temas hay que reconocer que son para quitarse el sombrero, al igual que un par de remixes.

Por último tengo que decir que NO ENTIENDO CÓMO NO HAN METIDO NINGUNA FASE DE BONUS: yo quería destrozar un coche, barriles o lo que fuese a mitad de partida. Desde aquí y a la mayor rapidez SOLICITO que mediante DLC o vía correo ordinario enmienden este GRAN ERROR. Las fases de Bonus en los SF son como el pan, que no puede ni debe faltar en las comidas. Tirón de orejas de los gordos en este punto.

Con Street Fighter IV Capcom ha resucitado una saga que parecía olvidada y ha logrado un PERFECT como la copa de un pino. Nada que envidiar tiene a la genial recreativa y es, a mí modo de ver, una compra obligada para todos los amantes de la lucha, de Street Fighter, y de los juegos en general. La espera a merecido la pena. Con SFIV los más curtidos en la materia volverán a su más tierna infancia/adolescencia mientras que los más jóvenes podrán, como nosotros en su día, descubrir y sentir todo lo que nosotros descubrimos y sentimos en su día con Street Fighter II.

Lo Mejor:

  • La vuelta de un clásico a nuestras consolas, con todo lo que significa.
  • La Intro del juego: todo un deleite para los sentidos.
  • Afortunadamente, Street Fighter IV mantiene toda la JUGABILIDAD de sus antecesores.

Lo Peor:

  • El hecho de no haber incluido ninguna fase de Bonus: un error imperdonable.
  • La inexistencia de un escenario particular para cada personaje, así como de un tema musical.
  • Las escenas que sirven como Intro y Final de cada personaje.
 
 
Artículo escrito por: BeeGamer