Actualmente los videojuegos disponen de sus própias bandas sonoras implementadas las cuales podemos escuchar durante el trascurso del juego. Incluso dependiendo de la situación del juego la música puede cambiar para darle más realismo a la situación o fase del juego en la que estemos.
Pero las primeras consolas tan solo disponían de efectos de sonido que se ejecutaban cuando llevabamos a cabo una determinada acción.
Debido a esto, Coleco tuvo la idea adelantada a su tiempo de "implantar" algo de música de fondo en algunos determinados juegos, para darles algo más de realismo a los mismos.
Así que en 1983, Coleco creó el Kid Vid Voice Module, que es prácticamente un reproductor de cintas modificado para poder conectarse a un puerto de los controles de una Atari 2600.
La principal diferencia radica en su cable, que es especial para ser conectado de las conexiones de salida de audio, a la consola.
Al tratarse de un reproductor stereo, el canal derecho es usado para las canciones, mientras que el canal izquierdo se utilizaba para comunicarse con la consola, ya que los juegos contenían instrucciones para decirle a la pletina cuando debía ser pausada la cinta.
Tan solo dos juegos eran compatibles con el reproductor de cintas: The Smurfs Save The Day y Berestain Bears.
Ambos juegos no tuvieron mucho éxito y rápidamente desaparecieron de las tiendas de videojuegos.