En 1977, Coleco lanzaba la Telstar Regent, una consola de videojuegos que formó parte del furor por los juegos tipo Pong. Era un tiempo en el que los videojuegos aún no habían conquistado los salones ni los televisores del mundo. Pero esta pequeña consola, con su diseño sobrio y sus juegos sencillos, representó una puerta de entrada al ocio interactivo para miles de hogares.

Un vistazo técnico

La Telstar Regent es un modelo 6036 de la popular línea Telstar, una familia de consolas dedicadas de Coleco. Utiliza el icónico chip AY-3-8500 de General Instrument, un circuito integrado que fue el corazón de decenas de sistemas Pong de la época. Este chip incluía todos los juegos, la lógica y los gráficos en un solo componente, lo que reducía los costes y aceleraba la producción.

• Juegos integrados: Tennis, Hockey, Handball y Jai Alai

• Color: Blanco y negro (a diferencia de su “hermana” la Telstar Colormatic)

• Controles: Mandos tipo paddle, desmontables y con cable

• Dificultad: Tres niveles ajustables

• Energía: 6 baterías tipo C

Aunque los gráficos eran minimalistas, la precisión de los mandos y la respuesta rápida del sistema ofrecían una jugabilidad sorprendentemente adictiva.

Diseño funcional y familiar

Con una carcasa rectangular, esquinas suavemente redondeadas y una combinación de colores blanco y negro, la Telstar Regent no buscaba destacar por su aspecto, sino por ser accesible. Los dos mandos eran esenciales para los duelos familiares, y el selector de dificultad añadía una capa estratégica a partidas que, a simple vista, parecían simples.

Su diseño interno modular permitía a Coleco lanzar múltiples variantes de la Telstar durante un corto período. Esta estrategia convirtió a la marca en una de las más reconocibles en los estantes de electrónica entre 1976 y 1978.

En el contexto de la guerra Pong

El mercado de consolas domésticas vivía una auténtica fiebre tras el éxito de la Magnavox Odyssey y del Pong original de Atari. Decenas de compañías lanzaban variantes de la misma idea: una consola económica, con pocos juegos pero con mucha novedad.

La Telstar Regent, a diferencia de algunos modelos posteriores más sofisticados, optaba por la simplicidad: no tenía color, no tenía sonido digital, ni contadores electrónicos. Pero esa misma sencillez la hacía perfecta para las familias que querían un primer contacto con los videojuegos sin complicaciones.